La «culpa» es de Ariel.

Sí, esa pelirroja con cola de pez…

Siempre me preguntan cuáles han sido mis mayores referencias en mi trabajo. Realmente, desde que tengo uso de razón, siento gran fascinación por las películas de animación, especialmente las de Disney.

De niña, todas las tardes mi hermana y yo tomábamos la merienda viendo dibujos animados, ¡los veíamos todos! En aquella época, no había tantos como ahora.

Como no existían las plataformas de televisión que existen hoy en día, si queríamos tener alguna película o serie para volver a verla, había que estar pendiente del televisor y grabarla en cintas VHS. Suerte teníamos si las encontrábamos en las tiendas para comprarlas. Algunas se nos desgastaban de tanto verlas.

Un día, mi madre nos llevó al cine a ver «La Sirenita»... y me enamoré de la película, tanto, que a día de hoy tengo una «pequeña obsesión» con ella.

De repente me encontré con una sirena, de pelo rojo ondeado por el agua, guapísima, expresiva, que canta canciones preciosas, cuya villana de la historia es una mujer pulpo… ¡como para no alucinar! Los personajes, los colores, la animación, la banda sonora, todo era nuevo para aquella época. Fue increíble.

Once…once veces fuimos mi hermana y yo al cine a verla. Lo prometo.

La compañía de Disney estaba pasando por momentos de altibajos, y esta película fue pensada para levantar la empresa, ¡y vaya si lo consiguieron! Marcó un antes y un después tanto para la compañía como en mi vida (y en la de muchas personas también). Dibujaba a Ariel sin parar. Los compañeros del colegio me pedían que la dibujara y se las regalara y yo, encantada de hacerlo.

Desde entonces, para ver otra película de Disney, teníamos que esperar otro año más hasta que estrenaran en el cine la siguiente. Mientras esto ocurría, no parábamos de ver una y otra vez las que ya teníamos compradas en cintas. Nos aprendíamos los diálogos de memoria (a día de hoy puedo recitar la película entera de La Sirenita perfectamente).

Un año después estrenaron «La Bella y la Bestia». Mi segunda obsesión. Y al año siguiente: Aladdín. Otra obsesión. Y así fue pasando el tiempo, con nuevas películas y yo creciendo con ellas, con estas maravillas de la animación. Tanta es mi pasión por ellas y por el dibujo que me han llevado a ser quien soy hoy en día.

Tengo la suerte de poder haber cumplido una de mis metas que era trabajar de algún modo para Disney, en editoriales (Grupo Penguin Random House y  Grupo Planeta) y en animación para la cadena de Disney XD, pero eso ya lo contaré en otro momento.

Así que si en mis trabajos ves que hay muchas cosas de Ariel… ¡ya sabes por qué!

Muchas gracias por llegar hasta aquí.

¡Que tengas un buen día!

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